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Cocina facilísima en el que con muy buen humor se habla de cocina. Os lo recomiendo.
Ocho maneras de freir un huevo
Mayo 31, 2008 a las 12:02 ·
Para gourmets, para hambrientos, para sibaritas; para niños y adultos; para dieta, desayuno, comida o cena, para un roto o un descosido, la mejor referencia es el huevo frito. Aqui os dejo ocho maneras ocho de degustarlo. La semana que viene, más.
Con puntilla: Aceite muy caliente y abundante. Que crujan las puntitas de la clara.
De mojar: Igual que el anterior, pero echando la clara primero, y cuando ya está blanca, ahondar un poco el centro con la parte curva de un tenedor, depositar cuidadosamente la yema, y echarle una cucharada de aceite caliente por encima, para que no quede ni un rastro de clara cruda.
Blanquitos: Poco aceite y no muy caliente, que se vaya calentando con el huevo echado. La clara queda compacta y durita.
A la plancha: Para los eternos adelgazantes y dietas bajas en grasa. Se pone aceite en la sartén que cubra el fondo, y cuando está caliente, se retira. Así nos aseguramos que la sartén quede bien untada. Ojo: no meter la espumadera debajo hasta que la clara esté desprendida de la sartén!
Con la clara tostada: Versión entre lo americano y lo friki. Se unta la sartén según el sistema anterior, se echa sólo la clara y cuando está tostadita por abajo, se vuelve y se coloca la yema encima. Tiende a escurrirse, pero qué se le va a hacer.
Vuelta y vuelta: Desayuno americano a tope para un día rarito. Ellos echan el huevo en la plancha, esperan que esté bien hecho, y le dan la vuelta, apretando un poco con la espumadera. Sale una especie de tortilla de dos colores, por un lado blanca y por otro amarilla.
Cuadrados: La cuadratura del círculo, pero hijos míos, los sandwiches es lo que tienen, que son cuadrados. Así que cuando toca sandwich con huevo, me lo curro haciéndolos a la plancha y, mientras va cuajando la clara, le voy dando tobas con el canto de la espumadera para que cojan la forma. Espectacular.
Dobles: Para expertos en tener hambre y mojar pan. La gracia del tema está en separar claras y yemas; echar primero a la sartén las dos claras de golpe, y luego colocarle las dos yemas una junto a otra. Hay que retirarlos con cuidado, asentando bien la espumadera debajo de las dos yemas, para preservar la impunidad de ambas.
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